El tabaco es perjudicial para la salud de las mujeres y de los hombres. Todos, indepenedientemente de nuestro sexo, somos susceptibles de padecer enfermedades cardiovasculares, pulmonares y cancerosas, sin embargo nosotras también estamos expuestas a que el tabaquismo nos afecte provocándonos patologías propias de nuestro género y de nuestra función reproductora. Estas son algunos de los efectos que el tabaco provocará en tu organismo:

Enfermedades respiratorias: La afección pulmonar obstructiva, lo que conocemos como efisema y bronquitis crónica, está íntimamente relacionada con el consumo de tabaco. Además, fumar produce tos crónica y agravamiento del asma, algunos estudios demuestran que las mujeres fumadoras tienen mayor riesgo de padecer estas enfermedades que los hombres. Enfermedades cardiovasculares: Lo más frecuente son los infartos de miocardio agudos, aunque también puede ser el responsable de los ataques cerebrovasculares. En el caso de las mujeres, esta situación se agrava si toma anticonceptivos orales. Cáncer: el tabaquismo es el responsable de múltiples tipos de cáncer. Los más habituales son el de pulmón, el de laringe, el de cavidad oral en general, faringe, esófago, páncreas, vejiga y leucemia. El cáncer de pulmón ha aumentado de forma alarmante entre las mujeres y la mortalidad por esta enfermedad está sobrepasando la causada por el cáncer de mama, también se ha observado que el cáncer de cuello uterino es de dos a tres veces más frecuentes entre las mujeres fumadoras que entre las no fumadoras. Problemas cutáneos: la nicotina tiene efecto vasoconstrictor lo que perjudica la microcirculación de la piel y favorece la parición prematura de arrugas, además, el consumo de tabaco da un aspecto apagado a la piel y disminuye la acción de los productos cosméticos. Si eres fumadora, también tendrás más posibilidades de sufrir alopecia, es decir, caída del cabello. Problemas en la función reproductiva: Las mujeres fumadoras tienen tres veces más probabilidad que las no fumadoras de tardar más de un año en quedarse embarazadas. Otras alteraciones que pueden aparecer en las mujeres fumadoras son trastornos en la menstruación (reglas irregulares, dismenorrea,…) y adelanto de la menopausia (de 2 a 3 años con respecto a las no fumadoras), por lo que puede aumentar el riesgo de osteoporosis. Problemas durante el embarazo: ¿Por qué tiene que fumar tu hijo si no quiere? Como consecuencia de la acción de la nicotina y del monóxido de carbono en la placenta y en el feto se puede producir placenta previa, partos prematuros y abortos, reducción del peso del recién nacido y síndrome de muerte súbita del bebé. Después del parto, en los casos de lactancia materna, el consumo de tabaco sigue afectando al recién nacido, ya que la nicotina pasa al bebé a través de la leche. Cómo dejar de fumar Es muy normal que los fumadores intenten dejar su dependencia al tabaco más de una vez sin resultados, Sólo los que están muy convencidos y los que tienen una gran fuerza son capaces de dejarlo sin ayuda de especialistas o de fármacos sustitutivos de la nicotina. Si estás cansada de tus recaídas, aquí te ofrecemos algunas alternativas que te harán más fácil empezar tu nueva vida como no fumadora. Terapia psicológica: Los tratamientos psicológicos son muy variados. Lo más normal es que sus objetivos sean aumentar tu motivación, afianzarte en tu decisión de dejar de fumar y enseñarte autocontrol. Además, conocerás métodos y estrategias para mantenerte firme sin fumar hasta en las situaciones más difíciles. Terapia sustitutiva de nicotina: Este tipo de terapia busca la forma de administrar a tu organismo la nicotina suficiente como para disminuir los síntomas que te pueden provocar el síndrome de abstinencia. Sin embargo, estas dosis están lo suficientemente controladas como para ir eliminando tu dependencia a esta sustancia. La forma de presentación de estos fármacos es muy variada; chicles, parches, comprimidos, spray nasal… y su forma de administración y la dosis indicada dependerá de tu dependencia física. Buipropion Este tratamiento tiene como objetivo reducir la ansiedad y el deseo urgente de fumar. Además, libera dopamina, una sustancia que induce al bienestar. El buipropion es un antidepresivo, por lo cual sólo debe tomarse bajo prescripción médica. Hipnosis: No se puede dejar de fumar confiando exclusivamente en la fuerza de voluntad, ya que ésta es cambiante y en el momento menos pensado puede jugarte una mala pasada, por eso el especialista en hipnosis se adentrará en tu subconsciente para inhibir tu deseo de fumar. Durante las sesiones de hipnosis visualizarás los cigarrillos como algo inapetecible, con un horrible sabor y olor, hasta convencerte de que dejar de fumar no es un sufrimiento que no puedes soportar, sino que es lo que más te apetece hacer por lo poco que te gusta. El número de sesiones depende de cada fumador y de su grado de dependencia, pero en muchos casos con una visita es suficiente. Plantas medicinales: Los naturópatas apuestan por las plantas medicinales como remedio contra la adicción al tabaco. Entre las plantas que recomiendan están la hierba de San Juan, la valeriana, la verbena, la melisa, el lúpulo y la pasionaria, ya que todas ellas ayudan a superar los síntomas del síndrome de abstinencia. Tengo miedo a engordar si dejo de fumar Es cierto que existe una relación entre dejar de fumar y el aumento de peso, esto se debe a que la nicotina aumenta el ritmo del metabolismo y origina que tu organismo gaste con más rapidez las calorías que aportas con cada comida. Cuando dejas de fumar el consumo metabólico se normaliza y puede producirse un ligero aumento de peso. Sin embargo, cuando se deja de fumar muchas personas buscan en la comida la alternativa a su ansiedad y empiezan a comer desmesuradamente y entre horas. Además, después de unos días sin tabaco recuperas el olfato y el gusto que habías perdido y todo te resulta mucho más apetitoso. Por eso es muy importante que controles lo que comes y a la hora que lo comes, si no quieres coger más kilos de los necesarios. Si sigues estos consejos aprenderás a controlar tu peso: – Toma un desayuno abundante que te cargue las pilas para el resto del día. Puedes tomar una infusión de té rojo, una pieza de fruta y pan integral con un poco de fiambre como jamón de York o queso fresco. – Evita el picoteo entre horas. Cuando tengas mucha ansiedad y no veas más solución que tirarte de cabeza a la nevera, tómate un vaso de agua fría con unas gotitas de limón, que reduce el apetito. – Aumenta el consumo de alimentos ricos en fibra (las verduras y las frutas) y en hidratos de carbono(arroz, pan integral, pasta, etc.) – Establece los horarios de las comidas e intenta mantenerlos cada día. – No compres alimentos calóricos que te empujen a la tentación. Olvídate de las patatas fritas, los aperitivos, los dulces, las aceitunas, etc. – Las comidas que no invitan a fumar son las más ligeras y frescas como las ensaladas. – Si tienes ataque de hambre, deléitate con unas zanahorias, unos tomatitos, una pieza de fruta, … – Evita los alimentos ricos en grasa; bollería, quesos grasos, etc. – No abuses en las raciones que te sirvas. Un buen truco es utilizar platos pequeños, ya que tus ojos lo verán lleno pero en realidad estarás comiendo mucho menos que si emplearas un plato grande. – Bebe mucho líquido y ayudarás a tu organismo a eliminar la nicotina. Si eres de esas personas a las que le aburre beber agua, puedes optar por las infusiones. Si te gustan los refrescos tómalos siempre light. Es importante que como mínimo bebas un litro y medio al día. – Existen alimentos que te ayudarán a mejorar tus estados de ansiedad. Son los que contienen una mayor concentración de vitamina B, que podrás encontrar en la levadura de cerveza o en los frutos secos. Sin embargo, deberás ingerirlos con mucha precaución ya que son muy calóricos. “Tengo miedo a engordar si dejo de fumar” Es cierto que existe una relación entre dejar de fumar y el aumento de peso esto se debe a que la nicotina aumenta el ritmo del metabolismo y origina que tu organismo gaste con más rapidez las calorías que aportas con cada comida, Cuando dejas de fumar el consumo metabólico se normaliza y puede producirse un ligero aumento de peso. Sin embargo, cuando se deja de fumar muchas personas buscan en la comida la alternativa a su ansiedad y empiezan a comer desmesuradamente y entre horas, además, después de unos días sin tabaco recuperas el olfato y el gusto que habías perdido y todo te resulta mucho más apetitoso. Por eso es muy importante que controles lo que comes y a la hora que lo comes, si no quieres coger más kilos de los necesarios. Si sigues estos consejos aprenderás a controlar tu peso: – Toma un desayuno abundante que te cargue las pilas para el resto del día. Puedes tomar una infusión de té rojo, una pieza de fruta y pan integral con un poco de fiambre como jamón de York o queso fresco. – Evita el picoteo entre horas. Cuando tengas mucha ansiedad y no veas más solución que tirarte de cabeza a la nevera, tómate un vaso de agua fría con unas gotitas de limón, que reduce el apetito. – Aumenta el consumo de alimentos ricos en fibra (las verduras y las frutas) y en hidratos de carbono(arroz, pan integral, pasta, etc.) – Establece los horarios de las comidas e intenta mantenerlos cada día. – No compres alimentos calóricos que te empujen a la tentación. Olvídate de las patatas fritas, los aperitivos, los dulces, las aceitunas, etc. – Las comidas que no invitan a fumar son las más ligeras y frescas como las ensaladas. – Si tienes ataque de hambre, deléitate con unas zanahorias, unos tomatitos, una pieza de fruta, … – Evita los alimentos ricos en grasa; bollería, quesos grasos, etc. – No abuses en las raciones que te sirvas. Un buen truco es utilizar platos pequeños, ya que tus ojos lo verán lleno pero en realidad estarás comiendo mucho menos que si emplearas un plato grande. – Bebe mucho líquido y ayudarás a tu organismo a eliminar la nicotina. Si eres de esas personas a las que le aburre beber agua, puedes optar por las infusiones. Si te gustan los refrescos tómalos siempre light. Es importante que como mínimo bebas un litro y medio al día. – Existen alimentos que te ayudarán a mejorar tus estados de ansiedad. Son los que contienen una mayor concentración de vitamina B, que podrás encontrar en la levadura de cerveza o en los frutos secos. Sin embargo, deberás ingerirlos con mucha precaución ya que son muy calóricos.