Tras una jornada en la que los franceses acudieron masivamente a las urnas, Nicolas Sarkozy fue elegido para suceder a Jacques Chirac. Según datos divulgados por el ministerio de Interior obtuvo el 53,29%, habiendo sido escrutados el 91,21% de los votos. De acuerdo a datos preliminares, la participación fue de 84,79%.

(EFE)- Tras su clara victoria sobre la socialista Ségolène Royal, Sarkozy prometió ser “el presidente de todos los franceses”. “No es la victoria de una Francia contra otra, sino de la democracia”, aseguró el presidente electo, de 52 años, al llamar a todos sus compatriotas a unirse a él para volver a poner a Francia “en movimiento” y hacer realidad el “cambio” que el candidato de la “ruptura” les prometió en la larga y dura campaña electoral. Reafirmó su voluntad de restablecer los valores de “trabajo, respeto y mérito”, así como la “identidad nacional”, en un discurso ante sus entusiastas seguidores cerca de la sede parisina de su partido, Unión por un Movimiento Popular (UMP), previo a una cena y una fiesta popular para festejar su triunfo en la emblemática Plaza de la Concordia. Por su parte, Royal, con el 46,71%, reconoció su derrota tras los primeros sondeos en boca de urna. “Deseo al próximo presidente de la República que cumpla su misión al servicio de todos los franceses”, declaró a la prensa la líder socialista, de 53 años. “Lo que comenzamos juntos, lo continuaremos juntos”, añadió, agradeciendo del “fondo del corazón” a los millones de franceses que votaron por ella. LLAMADOS DE BLAIR Y BUSH El presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair llamaron a Nicolas Sarkozy para felicitarlo por su victoria. Voto de los candidatos. El candidato oficialista Sarkozy votó en Neully sur Seine, donde fue recibido por un grupo de simpatizantes. Sarkozy ingresó rápidamente en la sede electoral y al salir de ella firmó algunos autógrafos y se alejó sin hacer declaraciones. En Malle, en el departamento de Deux-Sevres, Royal también fue recibida por algunos de sus simpatizantes, y si bien tampoco hizo declaraciones, bromeó diciendo “no fue difícil”, en alusión al haber sufragado. El presidente saliente, Jacques Chirac, y su esposa Bernardette votaron a su vez en Sarran, en Correze. Concepciones diferentes. Este domingo, dos concepciones diferentes de la sociedad francesa y dos recetas opuestas para sacar al país de la crisis económica y social se enfrentaron en las urnas. De un lado Sarkozy, de 52 años, apóstol del orden, la seguridad y el valor del trabajo, que prometió reformar el país de arriba a abajo y defiende ideas bastante polémicas en materia de inmigración, pero tiene un plan viable y preciso para sacar al país de la crisis económica y promete ser el “vocero de todo el pueblo francés”. Del otro, Royal, de 53, la primera mujer con posibilidades reales de convertirse en presidenta de este país, que asegura ser capaz de resolver los males de Francia “sin brutalidad”, promete conciliar progreso económico con justicia social y acusa a su adversario de dividir al país en lugar de unirlo. Más allá de la izquierda y derecha que representan, Sarkozy y Royal encarnan en sí mismos una renovación en la clase dirigente francesa, muy conservadora y a menudo alejada de los problemas reales de los ciudadanos. Sin renunciar a la bandera de sus familias políticas, ambos han querido mostrar una cierta independencia y su deseo de cortar con los errores de sus respectivos partidos. Hasta el último momento, los dos finalistas intentaron atraer el voto de los indecisos, sobre todo del centro y de los extremos, tanto en la derecha como en la izquierda. En la primera ronda presidencial, Sarkozy se alzó con un 31% de sufragios y Royal con el 26%. En tercer lugar quedó el centrista François Bayrou, con más del 18% de los votos, que se convirtió en árbitro inesperado de la segunda vuelta y transformó a sus casi siete millones de electores en el botín codiciado de Sarkozy y Royal. Aunque el líder centrista ya anunció que no votará al conservador y se acercó en los últimos días a la aspirante socialista, su electorado estaría dividido de forma casi equitativa entre los dos candidatos. Bayrou fue uno de los primeros en votar, minutos después de la apertura de las urnas, en Pau (suroeste). “Habrá una tercera vuelta. En las legislativas los franceses podrán precisar y reequilibrar su elección de hoy”, prometió, refiriéndose a los comicios del 10 y 17 de junio, en los que será renovada la Cámara de Diputados.