El Mundo
“Seguiré escribiendo libros lo haré hasta que Dios me pegue con un bate en la cabeza”
RAY BRADBURY
Para poder escribir hay que estar borracho, así la realidad no te destruye”, bromeaba Ray Bradbury en una parte de su libro Zen y el Arte de la Escritura. ¿Cuántos litros de alcohol habrán corrido por su sangre para cuando revolucionó la ficción con Crónicas Marcianas?.
Para cuando deslumbró al mundo con esta inolvidable descripción: Tenían en el planeta Marte, a orillas de un mar seco, una casa de columnas de cristal, y todas las mañanas se podía ver a la señora K mientras comía la fruta dorada que brotaba de las paredes de cristal. A buscar la respuesta para tal pregunta fue enviado el periodista Sam Weller que aterrizó en California en mayo de 2000 para reportear al gran ícono de la ciencia ficción. El escritor que soñaba viajes a las estrellas sin saber manejar un auto; el futurista que anticipó el mundo tecnológico del mañana y ni siquiera sabe cómo encender una computadora. El artista de espíritu libre que se mantuvo fiel a su esposa durante toda su vida. La entrevista se prolongó 5 años, y el resultado es The Bradbury Chronicles, un libro que recopila detalles de las charlas de Bradbury con Hugh Hefner en la Mansión Playboy, o la reciente visita a la Casa Blanca, cuando recibió la Medalla Nacional de las Artes. Así, Weller se las ingenia para explicar como un chico de 12 años de Illinois, fanático de los comics y el cine fantástico, decide viajar al futuro tras ver a Buck Rogers y no volver más. ¿La razón? Ya había colocado dos novelas en mil doscientos dólares tras apenas nueve días de trabajo con una máquina de la Biblioteca de Los Angeles, alquilada a veinte centavos la hora. Hoy el chico tiene 84 años, más de 600 cuentos cortos publicados y 30 novelas. El autodidacto que no terminó la escuela y transformó su nombre en una marca registrada atiende el teléfono en su casa de Cheviot Hills, un vecindario al sur de Los Angeles. Es así con Bradbury, si está de tono atiende y da una entrevista como ésta, con un periodista argentino al que ningún agente de prensa le ha arreglado día ni hora. — Bradbury, ¿no le parece extraño que hayan tardado tanto en hacer una biografía suya? Es que nadie me lo propuso antes. Aunque parezca mentira, es así de simple. Sam Weller fue el primero que vino con esa idea, y ahí está su libro. — Pero usted dijo que las biografías suponen la muerte creativa del autor. ¿Le llegó la hora? No, en absoluto. Yo escribiré hasta que Dios me dé con un bate de béisbol en la cabeza. De hecho, tengo que entregar dos libros este año: uno es una colección de cien ensayos que hablan de todo, desde Moby Dick y los viajes espaciales hasta Francia, donde me detengo especialmente, y las religiones. Ese tiene que salir en Julio. El otro es una novela que será la secuela de Dead Line (Línea Mortal) y sale en Navidad. — ¿Por qué Francia es un tema tan particular para usted? Porque amo París. Mi esposa, Marguerite, que murió hace un año, era francesa. Francia es una gran nación, y tiene una historia fascinante. Después de la Revolución, sus políticas eran un total desastre. Tuvieron que soportar invasiones, derrotas militares y cientos de fracasos, y a pesar de eso, siempre resistieron, y hoy es el mejor país del mundo, con un sistema democrático que deberíamos tomar como ejemplo. — ¿Cree que el fenómeno de la “Ucronía” (un género que en lugar de avisorar el futuro especula sobre otros pasados posibles) es la nueva posibilidad de la Ciencia Ficción? No, las ucronías o historias alternativas existen desde siempre, no es nada nuevo. — Y en general, no se consideran literatura seria… Pensar que otra historia, distinta a la ocurrida, es imposible es aún menos serio, es ridículo, porque todo es imposible. Nosotros mismos somos imposibles. Ni siquiera sabemos cómo comenzó la vida en la Tierra. — Bueno, usted sabe, hay algunas teorías, como el Big Bang que aproximan a cierta explicación… Lo único que explican es que nadie sabe nada con certeza. El universo ha existido desde siempre, ni vale la pena preocuparse por entenderlo. Lo mejor es seguir acá, haciendo lo que uno sabe hacer, disfrutando el milagro de la vida. Dice Bradbury tan como si nada, como si no fuera el mismo que vio tantas cosas antes. Hoy por hoy, los ejecutivos de Apple describen al reproductor i-Pod como “el primer paso hacia la creación de un mercado de Cyborgs” —la máquina como extensión de la mente humana—. Viejo. En 1953, Bradbury ya había imaginado una Seashell Radio (anticipando el walkman y el i-Pod) en ese libro que pronosticaba un futuro sin libros: Fahrenheit 451. — El presente se parece cada vez más al futuro que plantea en algunas de sus obras. ¿Eso lo inquieta? Para nada, con el tiempo aprendí a no prestarle atención a lo que escribo. Dejo que mi inconsciente haga todo. Es la única forma de acercarme a la verdad. — ¿Qué piensa de los recientes descubrimientos de la misión europea en Marte? (una sonda sugiere la posibilidad de vida primitiva en ese planeta). Espero que la próxima expedición sea con humanos, y no con robots. Lo ideal sería hacer el lanzamiento desde la Luna, es una plataforma ideal para llegar a Marte. Creo que esto será posible dentro de unos diez o quince años. Si por entonces sigo vivo, me encantaría poder verlo. — ¿Percibe alguna analogía entre estas misiones a Marte y la carrera a la Luna de la Guerra Fría? En ese momento, el hecho de estar compitiendo con Rusia nos ayudó mucho a llegar a la Luna. Pero quince años después, ese gobierno totalitario colapsó y lamentablemente nos quedamos sin competencia. La historia del mundo es la historia de las Naciones compitiendo. Sin Inglaterra, Francia y España peleando por un modelo, América nunca hubiera existido, y no estaríamos hablando. — A propósito, ¿como fue su encuentro con Bush? Maravilloso. Cuando terminé mi discurso, él se acercó, tomó mi silla de ruedas, y me paseó por los salones históricos. Le dije, medio en broma, que con todo ese espacio cualquier presidente que tenga una mujer liberal puede ser la persona más feliz del mundo. Me dijo, “en ese caso, ya te habrás imaginado quién te hubiera dado la medalla” (por Bill Clinton). — Se puede decir entonces, que el clima de la reunión estuvo lejos de los 451 grados. Claro. A pesar de todo, creo que Bush es una buena persona. (*) Entrevista de Clarín, recibida por Corrientes al Día de Tea Imagen
El compositor mexicano, Armando Manzanero, murió la madrugada de este lunes a los 85 años, víctima de un paro cardíaco y luego de sufrir complicaciones por COVID-19.
“Yo tengo que lamentar mucho, porque me están informando del fallecimiento de don Armando Manzanero”, declaró este lunes, en su habitual conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
“Lamento mucho su fallecimiento. Además un gran compositor… Le enviamos a sus familiares, amigos, a los artistas, a todos los cantautores nuestro pésame, nuestro abrazo, por esta pérdida tan lamentable para el mundo artístico y para México”. En ese momento el presidente dijo que ya no quería seguir con su rueda de prensa diaria de este lunes, misma que finalizó con “Adoro”, un tema de Armando Manzanero.
Ricardo Montaner, cantautor argentino naturalizado venezolano, también confirmó esta noticia en su cuenta de Twitter, al dedicarle a su colega y gran amigo el tema que grabaron juntos llamado “Te extraño”.
La lamentable noticia también fue confirmada por la periodista mexicana de espectáculos Pati Chapoy. “Con dolor en mi corazón les informo que falleció Armando Manzanero”.
Además, diversos medios nacionales mexicanos y de otros países latinos señalaron que fue la manager del compositor, Laura Blum, quien confirmó el deceso.
El cantante enfermó después de inaugurar su museo en Mérida, Yucatán, y su salud se deterioró en cuestión de días y siempre fue considerado como un paciente de riesgo por su edad y la diabetes que padeció por varios años.
Siguiendo el protocolo, el cantautor se resguardó en su casa donde le dieron todos los cuidados necesarios como un concentrador de oxígeno propio.
Fuente: infobae.com
El Mundo
Putin no se aplicó la Sputnik V porque no es recomendable para mayores de 60 años
VACUNA RUSA
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, prometió que se vacunará “sin falta, apenas sea posible”, contra la covid-19, en su tradicional rueda de prensa anual, que este año se celebra de manera telemática debido a la pandemia del coronavirus.
“Yo atiendo a las recomendaciones de nuestros especialistas y por eso por ahora no me he puesto la vacuna, pero lo haré sin falta cuando sea posible”, dijo el jefe del Kremlin al contestar a una pregunta sobre si había vacunado.
Explicó que la vacuna que se emplea en la campaña de vacunación el país, la Sputnik-V, está aprobada para un determinado grupo de edad, de 18 a 60 años: “A la gente como yo la vacuna todavía no llega”, dijo Putin, que el 7 octubre pasado cumplió 68 años.
Según declaraciones que reproduce Bloomberg, algunos insumos necesarios para fabricar la vacuna escasean, por lo que la producción se encuentra también demorada.
Indicó que la pandemia de covid-19 ha causado un “mar de problemas”, que Rusia -subrayó- “ha afrontado con dignidad”. “En parte, quizás, mejor que en otros países que con razón están orgullosos de su economía y del desarrollo de sus servicios sociales y sistemas sanitarios”, agregó el presidente ruso.
Destacó que “en el mundo no había ningún sistema sanitario preparado” para hacer frente a la pandemia del nuevo coronavirus y que el sistema ruso “resulto más eficaz en comparación con los de otros países”.
Además indicó que si al comienzo de la pandemia contra el coronavirus luchaban 8.300 médicos, actualmente son 150.000 gracias a los programas de perfeccionamiento y a la readecuación de los hospitales para tratar a los pacientes con covid-19.
En este sentido, destacó la capacidad de Rusia para “movilizar recursos rápidamente”. A día de hoy en Rusia han muerto 49.151 personas de covid-19 y el país, con un total de más de 2,7 millones positivos por coronavirus, ocupa el cuarto lugar en el mundo por número de contagios detrás de Estados Unidos, la India y Brasil.
Fuente: infobae.com
Se produjo una caída generalizada de varios servicios de Google, y desde el navegador por ejemplo es imposible para los usuarios acceder a servicios como Gmail o YouTube, que dan como respuesta un error 500.
La incidencia afecta aparentemente a usuarios de todo el mundo tanto en ordenadores de sobremesa y portátiles como en móviles. No es posible acceder a servicios como Gmail, Calendar, Docs o YouTube, aunque otros como Translate o Maps parecen seguir funcionando.
Servicios como DownDetector que permiten comprobar el estado de diversos servicios en internet gracias a los informes que envían y comparten los usuarios muestra problemas en servicios como Gmail, aunque de momento la mayoría de problemas parecen registrarse en Europa, con algunas zonas en Japón, India y la costa este de Estados Unidos también mostrando incidencias.