En un dramático episodio que despertó gran preocupación en la Argentina y en España, una joven enfermera argentina y una médica española que trabajan para la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras fueron secuestradas en el norte de Somalia cuando el vehículo en el que viajaban fue asaltado por seis somalíes armados con ametralladoras.

(lanación.com.ar) La rehén argentina fue identificada como Pilar Bauzá Moreno, una enfermera de 25 años nacida en Bella Vista y egresada de la Universidad Austral, que lleva seis meses en Somalia trabajando en un proyecto de nutrición y asistencia para los desplazados por el conflicto interno de ese país. La otra secuestrada es Mercedes García, una médica española de 50 años con una vasta experiencia en trabajo humanitario, pero que llegó a Somalia hace menos de un mes. Bauzá y García viajaban con un chofer y un intérprete hacia un centro de nutrición para refugiados en la ciudad de Bosasso, en la autónoma región de Puntlandia, cuando su vehículo fue interceptado por seis hombres armados con ametralladoras AK-47. “Estaba llevando a las dos mujeres al hospital local cuando seis hombres armados se acercaron bloqueando el camino”, dijo el chofer somalí, que pidió ser mantenido en el anonimato. “Me golpearon duramente y secuestraron a las mujeres y se las llevaron con el automóvil”, agregó. Horas después, las fuerzas de seguridad localizaron a los secuestradores en la población de Giriso, a cinco kilómetros de Bosasso, y los cercaron para obligarlos a negociar la liberación de los rehenes. En ese momento hubo un fuerte intercambio de disparos entre los secuestradores y la policía, pero según aseguró el ministro de Información de Puntlandia, Abdulrahman Mohamed Bankah, las dos rehenes resultaron ilesas. “Daremos todos los pasos necesarios para liberarlas y castigaremos a los secuestrados para que reciban una buena lección”, agregó Bankah. Al caer la noche, las negociaciones debieron ser interrumpidas por la falta de luz. La mediación iba a ser retomada esta mañana, y los delincuentes, cuya afiliación no ha sido difundida, han prometido liberar a las dos rehenes si se respeta su vida y si no se los persigue judicialmente. Sin embargo, Said Game, el funcionario al frente de las negociaciones, advirtió que si los secuestradores no se entregan hoy, “usarán la fuerza”. La ciudad portuaria de Bosasso es la capital económica de Puntlandia, región al nordeste de Somalia que sirve de base a los traficantes que organizan el paso de migrantes ilegales hacia Yemen, en travesías marítimas sumamente peligrosas. También operan en la región piratas que atacan a los barcos mercantes que navegan en las costas somalíes. COOPERACIÓN ARGENTINA En un comunicado emitido por la Cancillería, el gobierno argentino se manifestó “profundamente preocupado” por el secuestro de Bauzá y aseguró estar “siguiendo muy de cerca” la situación de la joven enfermera. El canciller Jorge Taiana se comunicó con su par español, Miguel Angel Moratinos, para colaborar en el intercambio de información y la cooperación mutua. Fuentes de la Cancillería dijeron que los funcionarios reforzaron el compromiso de cooperación de los dos países en el seguimiento del caso. Moratinos habló con el primer ministro somalí, Ali Mohamed Gedi, y le solicitó que se diera prioridad a la seguridad de las rehenes. En tanto, el equipo de Médicos Sin Fronteras que trabaja en el proyecto de nutrición en Somalia fue parcialmente evacuado “hasta que mejore el clima de seguridad” y a la espera de la liberación de las rehenes, según informó el vocero Javier Sancho. El secuestro de la española y de la argentina tuvo lugar apenas 48 horas después de la liberación, el lunes, de un periodista francés, Gwen Le Gouil, que permaneció ocho días secuestrado en la misma región. Al comentar el secuestro del periodista, la organización de defensa de los periodistas Reporteros Sin Fronteras (RSF) estimó que “este episodio inquietante prueba que la región de Puntlandia se ha convertido en un territorio de caza para bandas de secuestradores, que han hecho del secuestro y del pirateo un comercio”. RSF llamó a los periodistas y a los miembros de ONG que trabajan en la zona a “redoblar la prudencia”. El secuestro de Bauzá y García también despertó preocupación entre los pobladores de la región, que se benefician con el trabajo humanitario. “Pilar y Mercedes eran las únicas profesionales médicas que teníamos aquí; asistían a nuestras hijos y eran una constante ayuda”, dijo Halina Hassan, de 43 años, madre de tres niños. “Si deciden marcharse por falta de seguridad, será un desastre para nuestras familias”, agregó.