Los republicanos recuperaron el control de la Cámara de Representantes en los cruciales comicios; en el Senado, los demócrata retuvieron la mayoría con una ajustada diferencia; la oposición arrebató al menos diez gobernaciones.

(www.lanacion.com.ar) Los verdaderos dolores de cabeza para el presidente de Estados Unidos Barack Obama, comenzaron a producirse anoche, cuando el creciente descontento entre la población lo hizo perder la mayoría en la Cámara de Representantes a manos del partido republicano, que con este claro triunfo en las urnas consiguió un histórico avance que permite trazar un nuevo mapa político del país. El contundente voto castigo se hizo sentir fuerte en las urnas, a tal punto que también dejó a los demócratas a un paso de perder la mayoría en el Senado, una cámara en la que apenas logró retenerla por una mínima y ajustada diferencia que podría complicar la gestión del mandatario en la segunda mitad de su mandato. En la Cámara de Representantes, cuanto todavía faltan las últimas cifras del escrutinio, el partido republicano tenía 240 escaños conquistados y estaba encaminado a obtener tres más, mientras que los demócratas sólo consiguieron 183 y se dirigían a lograr otros nueve. En relación a la actual composición, ello representa que la oposición le arrebató 60 bancas. Por su parte, en el Senado, el escenario también era frágil y complicado para los demócratas, que seguirán controlando ese cámara tras lograr victorias claves en estados como Virginia Occidental y California, lo que cerró las puertas a las ambiciones de los republicanos de arrebatarle diez asientos a sus rivales para obtener la mayoría. Sin embargo, la diferencia es mínima, ya que el partido de Obama logró quedarse con 51 escaños, contra los 46 obtenidos por los republicanos. El otro dato de la elección fue la sorpresa compartida de demócratas y republicanos por el fuerte apoyo que tuvieron los candidatos del Tea Party, el movimiento ultraconservador que expresa enojo popular y que fue la novedad en estas elecciones, a las que insufló dinamismo. El voto castigo es todo un mensaje para el gobierno de Obama y para su, ahora, incierto proyecto de reelección en 2012. En los hechos lo obligará a hacer cambios para impulsar su agenda en los próximos dos años. Ante este nuevo escenario, los principales líderes republicanos no perdieron tiempo para prometer que escucharan el mensaje de los electores molestos, reconociendo que demostraron su rechazo hacia lo que ofrecían ambos partidos. “A lo largo del país en este momento, estamos siendo testigos de un repudio hacia Washington, un repudio de la expansión del gobierno y un repudio de los políticos que se niegan a escuchar al pueblo”, dijo el representante John Boehner, quien está en línea para ser el próximo presidente de la Cámara baja. Luego de conocerse el avance republicano, Obama llamó a Boehner para decirle que desea trabajar con él y con su partido “para lograr encontrar un terreno común, que el país avance y se cumplan los objetivos para el pueblo estadounidense”, aseguró la Casa Blanca. Por su parte, aún digiriendo la derrota, los demócratas en la Cámara de Representantes defendieron su récord legislativo y su estrategia electoral y añadieron que intentarán negociar con los republicanos. “El resultado de las elecciones no resta importancia al trabajo que hemos hechos a favor del pueblo estadounidense”, dijo su actual presidenta, Nancy Pelosi. ELECCIÓN DE GOBERNADORES Los republicanos se apoderaron de gobernaciones demócratas en al menos 10 estados, incluyendo algunos que serán clave en las elecciones presidenciales de 2012 y esperaban aún algunas victorias más. La misma ola que llevó a los republicanos al Congreso dejó su huella en las mansiones de los gobernadores también, especialmente en la zona industrial del país. Los siguientes estados pasaron de tener gobernadores demócratas a republicanos: Pensilvania, Ohio, Michigan, Wisconsin, Iowa, Tennessee, Kansas, Oklahoma, Nuevo México y Wyoming. En Ohio, un estado considerado por ambos partidos como crucial en las próximas elecciones presidenciales, el ex representante de la Cámara baja John Kasich venció al gobernador Ted Strickland. También la republicana Susana Martínez se convirtió en la gobernadora de Nuevo México, donde sustituirá al demócrata Bill Richardson. Y en Nevada, el republicano hispano Brian Sandoval venció al demócrata Rory Reid, hijo del líder de la mayoría del Senado, Harry Reid. Aún así hubo algunas alegrías para los demócratas. En California, el demócrata Jerry Brown superó a la ex presidenta de eBay Meg Whitman, para reclamar el puesto que mantuvo hace tres décadas. Reemplazará al republicano Arnold Schwarzenegger. Los demócratas lograron otro puesto en Hawai, el estado donde nació el presidente Barack Obama, con la victoria del ex representante de la Cámara baja Neil Abercrombie sobre el vicegobernador republicano James Aiona. Asimismo, los demócratas mantuvieron sus gobernaciones en Nueva York, Massachusetts, Maryland, Nueva Hampshire, Arkansas y Colorado. En siete estados los resultados no estaban lo suficientemente definidos como para emitir un veredicto, pero se esperaban algunas victorias republicanas. Los estados eran Illinois, Oregón y Maine, con gobernadores demócratas y Connecticut, Florida, Minnesota y Vermont, con gobernadores republicanos.