Un avión militar iraní chocó frontalmente contra un edificio de 10 pisos en una zona residencial de Teherán. De los 94 ocupantes ninguno sobrevivió y la mayor parte de ellos eran periodistas que se dirigían a informar sobre unas maniobras militares al sur del país, además murieron varios habitantes del inmueble y personas que pasaban por la calle.

El aparato procedía en esos momentos a intentar un aterrizaje de emergencia por un fallo en sus motores y no consiguió remontar el vuelo. Según un portavoz oficial iraní, la zona está densamente poblada, por lo que se espera que el número de víctimas sea muy alto. La agencia oficial informa además que el edificio, que estaba situado en la ruta de aproximación a la pista del aeropuerto de Mehrabad, parece estar completamente en ruinas. En él viven habitualmente alrededor de 500 personas. El avión estaba ocupado por 94 personas, 10 tripulantes y 84 pasajeros. Además de varias decenas de militares, a bordo viajaban al menos 70 periodistas locales, fotógrafos y técnicos de la televisión iraní que iban a cubrir unas maniobras militares en Bandar Abbas. El avión había dado media vuelta poco después de despegar tras comunicar al control del tráfico aéreo que sufría problemas técnicos en alguno de sus motores. Presiones. Según informa la BBC, algunos periodistas desplazados hasta el lugar del suceso denunciaron que la policía les rompió las cámaras y confiscaron las cintas y los teléfonos celulares con los que grababan imágenes. Algunos, aseguran que fueron golpeados por los agentes. Varios testigos indicaron que cuando el aparato se precipitó contra el inmueble, una de las alas estaba envuelta en humo y llamas. Momentos después, la escena era dantesca, con miles de piezas del fuselaje, e incluso cuerpos carbonizados, que caían sobre la calle y los colegios vecinos, mientras la asustada población corría de un lado a otro. Algunos de los habitantes del edificio se arrojaron al vacío para huir del fuego. El caos y la humareda obligó a cerrar todos los centros escolares de la barriada y a evacuar a numerosos niños, algunos paralizados por el miedo. La policía cerró el área, tratando de mantener alejados a ansiosos residentes que intentaban llegar al lugar. Mal mantenimiento. El C-130 es un aparato de transporte de fabricación estadunidense utilizado por decenas de países. La fuerza aérea iraní cuenta con 15 de estos aparatos en sus variantes E y H. La primera de ellas estuvo en producción desde 1962 hasta 1974, mientras que la segunda se fabrica en la actualidad, y desde 1964. La compra de estos aparatos fue anterior a la revolución islámica que acabó con el derrocamiento del Sha en 1979. El bloqueo por parte de Estados Unidos a la importación de repuestos para estos aviones ha conducido a un mantenimiento mínimo. De hecho, los antecedentes con este modelo incluyen un accidente en 2003 que mató a 7 tripulantes, otro en 2000 en el que un C-130 impactó contra un Airbus 300 civil en el aeropuerto de la capital cuando ambos estaban en tierra (murieron 10 personas) y otro, sucedido en 1997 y similar al de hoy, en el que murieron 86 personas. El de hoy es el peor desastre de las fuerzas aéreas de Irán desde 2003, cuando otro avión de transporte, en ese caso un Il-76 de fabricación soviética, se estrelló al Sudeste del país con 276 soldados de la Guardia Revolucionaria a bordo, causando la muerte de todos ellos. TRAGEDIA EN LOS MEDIOS De confirmarse la muerte de 70 periodistas en el accidente de ayer en Irán, sería la peor tragedia a la que se han enfrentado representantes de los medios de comunicación Usualmente la muerte de trabajadores de la prensa se da en el medio del desempeño de su trabajo. El Comité para la Protección de los Periodistas hace anualmente una lista de los peores lugares del mundo para ejercer el periodismo. La lista de 10 lugares representa toda la gama de amenazas actuales a la libertad de prensa. Encabezando la lista aparece Irak, donde nueve periodistas que cubrían la guerra liderada por Estados Unidos cayeron en el cumplimiento del deber durante las primeras tres semanas de hostilidades, víctima del fuego iraquí o estadunidense, minas o atentados suicidas. Otros cuatro murieron a causa de accidentes o enfermedades. El CPJ también coloca a Afganistán, Chechenia, Gaza y Cisjordania, Eritrea, Togo, Colombia y Bielorusia en la lista de los peores lugares para ser periodista. “Muchos periodistas que dan a conocer las noticias desde estos lugares han realizado el último sacrificio; otros están en la cárcel cumpliendo largas condenas”, señala Joel Simon, director en funciones del CPJ, “pero sus colegas perseveran, enfrentando ofensivas del gobierno, violencia física, duras leyes de prensa y el fuego indiscriminado para brindarnos las noticias”, agrega.