Ni el despliegue de soldados españoles ni el aumento de la altura de las vallas fronterizas impidieron que unos 650 migrantes africanos protagonizaran ayer un nuevo asalto masivo de “agresividad desconocida” sobre Melilla, uno de los dos enclaves españoles en el noreste de Marruecos.

Cerca de las cinco de la mañana, una “avalancha” humana sorprendió a decenas de guardias españoles que custodiaban la doble valla de seis metros de altura. Concentrados en un franja de aproximadamente 20 metros, los migrantes africanos treparon la cerca y la jalaron hasta tirarla. Un total de 128 personas resultaron heridas por el impacto de balas de goma disparadas por la guardia nacional de Melilla, pero al menos 350 lograron cruzar la frontera. Siete guardias civiles españoles resultaron heridos por migrantes que respondieron con piedras y palos. Con este asalto suman nueve las avalanchas en Melilla los últimos tres meses, y en el año ya van 25. En estos asaltos han participado alrededor de 12 mil trabajadores migratorios que provienen principalmente de los países ubicados al sur del desierto de Sahara. Apenas el jueves 29 de septiembre medio millar de personas brincaron la doble cerca que delimita Ceuta, el otro enclave español en el noreste de Marruecos, en un hecho que provocó la respuesta armada simultánea de la guardia civil española y de tropas marroquíes (destacadas al sur de la valla), con el consecuente fallecimiento de cinco migrantes. A diferencia de la movilización de ayer en Melilla, los migrantes que traspasaron la doble valla en Ceuta actuaron en grupos dispersos y sólo 150 de 500 pudieron librar la vigilancia de la Guardia Civil. En todo intento de asalto los migrantes utilizan escaleras que construyen con ramas de árboles y arbustos, atados con plantas tipo enredadera. En respuesta a los asaltos de este año, el gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero ordenó que las vallas en Ceuta y Melilla -situadas a orillas del Mediterráneo y separadas entre sí por una franja de tierra de aproximadamente 300 kilómetros- sean elevadas de tres a ocho metros. Las cercas fueron construidas durante la anterior administración española, al frente del conservador José María Aznar. Ante la emergencia, Rodríguez Zapatero autorizó el jueves pasado el despliegue de 480 soldados españoles en los enclaves, con el fin de respaldar las labores de vigilancia en la frontera con Marruecos. El tramo derribado en Melilla tenía ya una altura de seis metros. En un comunicado, el gobierno local describió que los migrantes actuaron con una “agresividad desconocida hasta ahora” y enfrentaron a los agentes españoles. Ceuta y Melilla, que pasaron al dominio español en los siglos XV y XVI, son los dos últimos enclaves coloniales de España en Africa y su administración es de carácter autónomo. Marruecos ha reclamado la soberanía sobre esos territorios, pero actualmente no están considerados en disputa. El diario marroquí L”Opinion comentó hoy en un editorial que las dos ciudades mediterráneas debieran pasar a la soberanía del país africano, y destacó que “el clima de buen entendimiento que rige actualmente las relaciones” entre Madrid y Rabat es “propicio para desencadenar el proceso de retrocesión”, reportaron agencias de prensa. Titulado el “Dilema de la inmigración clandestina ¿Y si España hiciera la retrocesión de Ceuta y Melilla a Marruecos?”, el texto del diario marroquí indica que si los gobiernos de los países negociaran la entrega de los enclaves, abrirían el camino para “saldar la desavenencia que una y otra parte simulan ignorar, pero que persiste como telón de fondo, a pesar de las apariencias”. El rotativo destaca que la devolución de Ceuta y Melilla a Marruecos eliminaría el problema migratorio actual. Los africanos subsaharianos han optado por tratar de ingresar en estos puertos españoles para aprovechar el libre movimiento de personas garantizado por la Unión Europea, el llamado “espacio de Schengen”. Marruecos -señaló L”Opinion- se ha convertido en una “gran sala de espera” para los migrantes africanos, debido a su extensa frontera con Argelia y a la “prolongación de España y de Europa” en “las entrañas” de Africa. La movilización de migrantes el jueves pasado coincidió con una reunión de los jefes de gobierno de España, Rodríguez Zapatgero, y de Marruecos, Driss Jettu, en Sevilla. Ambos mandatarios fueron evasivos sobre los problemas migratorios entre los dos países. NO ES SÓLO RESPONSABILIDAD DE MADRID El lunes sin embargo, el ministro español del Interior, José Antonio Alonso, afirmó que la solución de la problemática en Ceuta y Melilla no sólo es responsabilidad de Madrid. “No se trata sólo de un problema de España”, sino que incumbe también a la Unión Europea y a Marruecos, que ha asumido “compromisos” sobre el control de la migración indocumentada, señaló Alonso, quien destacó que el gobierno español reforzará “cada vez más el perímetro en las ciudades autónomas y las condiciones de las vallas”. Tras los incidentes fronterizos recientes, Rabat envió a las regiones cercanas a Ceuta y Melilla a mil 600 soldados. Según el ministro marroquí del Interior, Motafa Sahel, en las fronteras del norte de Marruecos han sido destacados 8 mil militares. Al final de la jornada, las autoridades marroquíes informaron que 134 migrantes que participaron en la avalancha de la madrugada de este lunes fueron detenidos durante la movilización en las inmediaciones de la doble cerca. Otros 60 fueron arrestados más tarde.